Comprar un diamante no es cosa fácil. Es necesario tener ciertos conocimientos para saber si estamos comprando a un precio razonable o por el contrario la calidad de la piedra no se corresponde con lo que vamos a pagar. En estos casos más que nunca es necesario igualar al máximo Valor y Precio.
Una vez hemos elegido el diamante que nos gusta, debemos fijarnos en 4 aspectos que tomados en conjunto dirán mucho de nuestra elección y el precio a pagar.
Diamantes: TALLA
Es el factor más importante para el brillo de una piedra. Este brillo va a depender de los ángulos y de cómo se refleja la luz en el diamante, que será diferente según sus proporciones, que deben ser adecuadas para dispersar la luz.
Diamantes: PESO
La medida empleada para el peso es el quilate, que es el equivalente a la quinta parte de un gramo (0,20 gr.). Como estas medidas deben ser muy exactas, por el valor de cada milésima de gramo, 1 quilate equivale a 100 puntos, de forma que si un diamante es de 1,20 quilates, se puede expresar como 1 quilate y 20 puntos.
Diamantes: PUREZA
Un diamante será más valioso cuando más puro sea. Esto es, cuantas más marcas internas tenga, menos puro será. Estas marcas internas se llaman inclusiones. Se ha establecido que si un experto no observa ningún defecto en un diamante utilizando una lente de 10 aumentos, un diamante es calificado como puro. La forma de clasificar la pureza de una piedra se lleva a cabo mediante categorías según combinaciones de letras y números de mayor pureza a menor: FL, IF, VVS1, VVS2, VS1, VS2, SI1, SI2, SI3, I1, I2, I3. A simple vista, solo serían perceptibles imperfecciones al compararlos con uno de gran pureza los catalogados como I1, I2, e I3. En los demás casos es necesario utilizar una lupa. Hay que tener en cuenta que se puede modificar la pureza de un diamante aunque es perceptible para un experto, de tal forma que esta modificación quedaría reflejada en el certificado, devaluando su precio hasta en un 80%.
Diamantes: COLOR
Para clasificar diamantes según su color, se utilizan letras de la D a la Z, siendo la D un diamante incoloro y a medida que ascendemos en el abecedario, se va haciendo más amarillento y de menos valor. Existen además diamantes de diversos colores que por su rareza alcanzan también un alto valor en el mercado.
Es importante señalar que el mercado tiende a valorar cada vez más la calidad de la talla (su brillo), aunque hay que valorar también el resto de variables.
Ante la duda conviene acudir a un experto, aunque también recomendamos para mayor seguridad solicitar un certificado geológico para diamantes de más de 50 puntos y comprar diamantes con un color entre D e I.
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